jueves, 18 de febrero de 2010

Erase que se era 9

Pasó el tiempo, y los vientos fueron favorables para el Gran Inepto y sus secuaces, pues la herencia recibida daba para dilapidar los caudales públicos sin que el derroche fuera apreciado. La economía nacional precisaba de grandes reformas, pero la ineptitud y la desidia impedían al equipo de gobierno llevarlas a cabo. Rancias y antañonas ideas, el afán de proteger a los privilegiados mientras se dice proteger a los desfavorecidos por la fortuna, el populismo, el deseo de no hacer frente a la realidad, el afán de engañar al pueblo haciéndole creer que vivía en el mejor de los mundos posibles gracias a las virtudes del Gran Timonel, la sumisión de los sindicatos (recipiendarios de incontables subvenciones), consiguieron que nada útil se hiciera.
Habiendo firmado un pacto antiterrorista con su predecesor en el cargo,



el Padrecito (como se supo con posterioridad), lo traicionó al instante enviando a sus agentes a pactar con la banda terrorista del Norte una tregua para cuando hubiera llegado al poder (no era su intención gobernar). 



Pactó la mal llamada tregua (algo que se da entre combatientes legítimos, no entre un gobierno y una banda de delincuentes) y afirmó que el grupo terrorista había cesado en sus actividades, mientras todos los días aparecían en la prensa noticias de las actividades de la banda ( robos de armas y explosivos, extorsiones a empresarios, amenazas a ciudadanos, etc., etc., etc....), mintiendo al pueblo con descaro sin igual. La banda hizo volar un aparcamiento de un gran aeropuerto, provocando la muerte de dos pacíficos ciudadanos que por allí pasaban. 



Se dieron por rotas las conversaciones oficialmente. Las noticias indicaban todo lo contrario. Tiempo más tarde, ante la evidencia imposible de negar, el Gran Mentiroso no tuvo más remedio que reconocer que las conversaciones con la banda prosiguieron tras ese atentado y que había mentido, una vez más, al pueblo (... no se merece un gobierno que mienta). La complicidad ideológica con la banda se manifestaba en todo su esplendor. Si el anterior gobernante les había puesto contra las cuerdas, el Gran Traidor acudía a su rescate (sin vencedores ni vencidos). El monarca asentía complaciente (entre disparo y disparo a osos borrachos) "si sale, sale". La Gran Traición a la Patria se consumaba.
El jefe del mayor grupo parlamentario de (supuesta) oposición,  probo padre de familia y mejor vecino, pero nefasto político, carente de profundas convicciones, deseoso siempre de agradar y de acercarse al centro (de la tierra o no sé sabe dónde o qué) hacía como que se oponía, mientras leía las noticias de ciclismo en los diarios deportivos...

 


mientras esperaba que los vientos electorales le fuesen favorables merced al desgaste que producía al desGobierno la crisis económica y el aumento progresivo del paro.
Cosas nunca vistas en el planeta acontecían con total normalidad en el viejo reino, y así aconteció que un juez



ordenó una importante operación policial contra la banda terrorista del Norte, lo que molestaba mucho a los planes de negociación del Gran Mentiroso y sus secuaces, por lo que se ordenó a policías de su total confianza que desbaratasen la operación judicial



dando aviso a los terroristas para que hicieran desaparecer las pruebas que les incriminaban en los delitos. Las más altas autoridades colaborando con una banda terrorista!
El juez puso manos a la obra y se dispuso a investigar el chivatazo, pero el Traidor maniobró diligentemente y puso la investigación en manos de un "juez" amigo (y exdiputado por su grupo parlamentario),



que no tardó en meter el expediente en un cajón y dejarlo allí cogiendo polvo durante años, no practicando diligencia alguna en busca de la verdad, pues su único afán (al igual que el de la fiscalía)



era encubrir a los autores de tal felonía.

2 comentarios:

  1. Hemos llegado a un punto sin retorno.
    No es ya la descomposición de un Gobierno, la mezquindad de la oposición y del resto de la casta política,el hundimiento económico y social, la desaparición del modelo de Estado,...
    Lo peor,con mucho, es la complacencia del común de los ciudadanos, de la resignación aborregada y lanar, la incapacidad de movilización de una sociedad civil adocenada abocada a su suerte y destino.
    Qué pena de país.

    Con respecto a Garzón me temo que esta celeridad que ha emprendido no tiene otro objeto que archivar el caso antes de que se le aparte de la Audiencia Nacional y el sumario pueda caer en manos de Grande Marlaska, por poner un ejemplo.

    Y nos queda la falacia del "pacto de Estado" que ahora pergueña Zapatero con la nuencia de Zarzuela,para corresponsabilizar a la oposiión meliflua,bizcochable y entreguista, del desastre nacional.
    Si fuera cierto lo anunciado por Zapatero, esa "recuperación en ciernes", esa "inminente salida del túnel", sería ilógico que hiciera partícipe del éxito al PP.

    Saludos.

    Y por cierto:magnífico post.

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  2. Gracias por tu amable comentario. Desgraciadamente, tengo que darte la razón absolutamente en todo. No sabes cómo me gustaría que ambos estuviésemos completamente equivocados y la realidad fuese otra, pero estamos en un escenario terrible y se avecinan acontecimientos que no somos capaces de imaginar, pues, desgraciadamente, toda situación, por mala que sea, siempre es susceptible de empeorar.
    Un abrazo.

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