sábado, 17 de abril de 2010

Nombres y banderas.

Allá por el final de los años setenta y principios de los ochenta del pasado siglo, es decir, al poco de morir el general Franco, alguien decidió que quería hacer desaparecer la nación española, y no sólo los secesionistas vascos, catalanes o gallegos. 

Para llevar a cabo su plan idearon múltiples estrategias y ardides, de la más inocente apariencia, pero sus planes eran a largo plazo, no había prisa, así que bastaba con sembrar las semillas del árbol mal y sentarse a esperar hasta que madurara y diera sus fruto.

Uno de los primeros pasos que se dieron fue arrinconar la bandera nacional, ocultarla y  descalificar a las personas que se atrevieran a lucirla tildándoles de fachas, ultraderechistas, fascistas, nostálgicos del antiguo régimen y cualquier otro epíteto que se les ocurriese, de forma que las personas  demócratas, progresistas, modernas y moderadas eran las que rechazaban su uso, aunque en los actos oficiales no les quedase otra alternativa más que hacerla ondear.
Así, poco a poco se fue proscribiendo el uso de la bandera, algo impensable en cualquier país del mundo. 
Vaya uno donde vaya, la bandera nacional luce orgullosamente en edificios oficiales, empresas, instalaciones deportivas e incluso en las fachadas de las viviendas particulares. Nadie ose mancillarla, menospreciarla o agraviarla, que cualquier natural del país en el que se halle reprimirá con saña al ofensor, y no digamos jueces y policías. Excepto en España, donde he conocido personas que han sido multadas por lucir en su vehículo una pegatina con los colores de la enseña. La sanción les caía por cometer el terrible delito de "portar distintivos no autorizados".
Increíble pero cierto.
Otra de las semillas del mal que se plantaron en aquellas fechas, fue la sustitución del nombre España por diversos eufemismos, entre los que destaco por el éxito alcanzado "este país" y "estado español", que con el paso del tiempo se ha quedado en "estado". Cualquier cosa valía con tal de no nombrar a España por su verdadero nombre.
Uno se puede sentir apesadumbrado por la desaparición de España, pero quién va a sentir algo por "este país" o el "estado"?
De esta forma (y otras muchas que no son el objeto de este post) se ha ido diluyendo el sentimiento de pertenencia a una nación, a una comunidad de ciudadanos, a una realidad política e histórica todo lo compleja que se quiera, pero que se pretende destruir.

Por su interés reproduzco en parte un artículo de Pérez Reverte, el  artículo íntegro pueden encontrarlo en el siguiente enlace:

http://el-show-celtiberico.blogspot.com/2010/04/un-facha.html

"Verán. Un niño de siete años, sobrino de un amigo mío, observando hace poco que varios de sus amigos llevaban camisetas de manga corta con banderas de varios países, la norteamericana y la de Brasil entre ellas –algo que por lo visto está de moda–, le pidió al tío de regalo una camiseta con la bandera española. «Van a flipar mis amigos, tito», dijo el infeliz del crío. Según cuenta mi amigo, el sobrinete bajó al parque como una flecha, orgulloso de su prenda, con la ilusión que en esas cosas sólo puede poner una criatura. A los diez minutos subió descompuesto, avergonzado, a cambiarse de ropa. El tío fue a verlo a su habitación, y allí estaba el chiquillo, al filo de las lágrimas y con la camiseta arrugada en un rincón. «Me han dicho que si soy facha o qué», fue el comentario. 


Siete años, señoras y caballeros. La criatura. Y no en el País Vasco ni en Cataluña, ni en Galicia. En la Manga del Mar Menor, provincia de Murcia. Casualmente, y sólo una semana después de que me contaran esa edificante historia infantil, otro amigo, Carlos, gerente de un importante club náutico de la zona, me confiaba que ya no encarga polos deportivos para sus regatistas con el tradicional filetillo de la bandera española en las mangas y en el cuello. «En las competiciones con clubs de otras autonomías –explicó– están mal vistos.» 

Dirán algunos que, tal y como anda el asunto, podríamos mandar a tomar por saco ese viejo trapo y hacer uno distinto. Al fin y al cabo sólo existe desde hace dos siglos y medio. Podríamos encargarle una bandera nueva, más actual, a Mariscal, a Alberto Corazón, a Victorio o a Lucchino. O a todos juntos. Pero es que iba a dar igual. Tendríamos las mismas aunque pusiéramos una de color rosa con un mechero Bic, un arpa y la niña de los Simpson en el centro; y en las carreteras, el borreguito de Norit en vez del toro de Osborne. El problema no es la bandera, ni el toro, sino la puta que nos parió. A todos nosotros. A los ciudadanos de este país de mierda."
 
Desgraciadamente, razón tiene el articulista.
Con el permiso de Uds. voy a llorar y vomitar durante un rato.

15 comentarios:

  1. Estupendo modo de mostrar una realidad que da verguenza a los que aún sentimos capacidad de avergonzarnos de hechos ajenos.

    Lo que dice Reverte es tan cierto como que el agua moja y el fuego quema.

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  2. Excelente post Aspirante, gilipollas hay en todas partes aunque casi siempre del mismo color.

    Cuando se me ocurrió ponerle un par de pegatinas de la bandera de España al coche (pequeñitas, al lado de los intermitentes laterales) todo fueron preocupaciones en casa, EL COCHE CORRÍA PELIGRO.

    Sería interesante al respecto un estudio sobre las pegatinas de los coches, que si los españoles ponen un toro los catalanes un burro y los vascos (creo recordar cuando estuve alli era una oveja), si comprabas un coche con matricula B en madrid tenías que ponerle la pegatina del Madrid o la de la bandera de la comunidad y si esto mismo pasaba en Cataluña las pegatinas se cambiaban por el barsa o la señera.

    Y lo de la bandera es increible, sólo la sacan cuando gana la selección de fútbol, es envidiable el amor por su bandera de yanquis, ingleses, suizos, franceses, alemanes... pero bueno, no cuentan, son todos unos fachas.

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  3. Soy español por haber nacido en la meseta. Si hubiera nacido en Normandia sería frances, o alemán si lo hubiera hecho en Berlín...Puro accidente, ya digo...Hace muchos lustros que se apagaron en mi las llamas del patriotismo sensiblero. Aunque todavía me mueva la selección o los triunfos de Nadal, pero poco más...El nacionalismo es una de las lacras, junto a la religión, más nefastas que pudo parir el ser humano. Me cago en todos ellos.
    Siendo yo niño, cuando cantaba el Cara al Sol en la escuela y me emocionaba con sus vibrantes notas, creía que la patria era la cosa más bella del mundo. Hasta que hice aquel viaje a Francia y me di cuenta de la estafa emocional, de que habian dos patrias, la de los poderosos de cubierto y mantel, la de ellos y la del pan con cebolla, que era la mia. Lo mismo me paso con la religión. Vi que habia una doctrina solidaria y evangélica, la francesa, y otra apestosamente hipócrita, sucia y vil como la nuestra.
    Soy centralista y antinacionalista, pero no por patriotismo, sino por pura racionalidad. Lo unico que me interesa es que que la riqueza creada entre todos, repercuta en derechos de la ciudadania. Protección a la familia, vivienda digna garantizada, educación gratuita, libros, erradicación del chabolismo, etc, para lograr la verdadera patria del bienestar, la única patria que me interesa, ni más ni menos que la que tiene Francia, Alemania, G.B.,Holanda...Por eso lucho y por eso sigo luchando. El centralismo es la mejor manera de lograrlo, la única manera de liberar recursos. Las autonomias son una gangrena que van contra esa dirección.

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  4. Firmo enterito el comentario del Gran Charne.

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  5. Sr. Tellagorri:
    Por ese motivo se ha incluido el artículo del Sr. Reverte.

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  6. Charneguet:
    De acuerdo que el lugar de nacimiento es puro accidente, pero marca definitivamente nuestras vidas, dado que nos educamos en un ambiente concreto, en una cultura determinada, y somos receptores de una herencia de siglos. Quizá lo único que sobrevive en mí de mi juventud es precisamente el patriotismo, que no el nacionalismo, al que considero casi antónimo del auténtico patriotismo. Las únicas ocasiones en las que no me enorgullezco de ser español es precisamente en los acontecimientos deportivos, que me importan un bledo, me alegro de los triunfos de esas personas, pero no me humillan sus derrotas.
    En mi infancia, vine al mundo el día de la república (con dos cojones o pura casualidad?) del año 65, no me tocó cantar el cara al sol en la escuela. Mi interés por la bandera, su himno, y la patria es consecuencia precisamente de vivir un tiempo convulso en el que el uso de los símbolos se consideraba algo negativo, vergonzoso y deplorable. Incomprensible e inadmisible para mí.
    El modelo de estado siempre lo he considerado secundario mientras devenga en beneficioso para los españoles.
    Tras esta matización suscribo completamente su comentario y lo hago mío, aunque Ud. lo expresa mucho mejor que yo, como siempre.
    Un abrazo.

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  7. Isra:
    Perdona que te deje en último lugar, pero accidentalmente me he saltado el orden.
    Esta anécdota de las pegatinas es sólo una demostración de lo muy gilipollas e hijos de puta que podemos llegar a ser los españoles.
    El que una persona adorne su coche con un símbolo concreto aquí lo convertimos en afrenta personal.
    He conocido gente que por llevar la bandera nacional le han pinchado las 4 ruedas en Barcelona, y han sufrido daños en el País Vasco.
    Tengo una cuñada que vive en Vitoria, y cada vez que venía a Madrid sufría por su coche, aunque nunca nadie le había causado daños, pero contaba casos de vecinos suyos que afirmaban que les habían roto lunas o pinchado ruedas...
    No somos más cabrones porque no ensayamos.

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  8. Muy bueno el comentario.
    Llevo una preocupación desde que se presento el Statut Catalan,me salta la duda de si el constitucional,aprobara eso de que España es una nación de naciones...

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  9. Chopingo:
    El constitucional aprobará todo lo que le pongan por delante, pues sabe de sobra que sólo existe para avalar las decisiones del desgobierno por arbitrarias y anticonstitucionales que sean, y con esto de la crisis a vier quién coño se atreve a poner en riesgo el cargo.

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  10. completamente de acuerdo en todo, un saludo y que os dejen dormir...

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  11. Maribeluca:
    Gracias por tu siempre apreciada visita.
    Espero que nos dejen dormir tanto el maestro Cascotes como nuestros politicastros, que esos son peores.

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  12. Aspirante, interesante el debate que abres sobre los símbolos, himno o el concepto patria. Fué algo, no te miento, que a mi me costó bastante descifrar y sobre todo, situarme en el sitio justo del meollo, quiero decir, aquel lugar donde mi individualidad en toda su extensión, tuviera cabida sin romper el protocolo de la herencia histórica y demás clichés recibidos. Porque claro, todo lo que tu pones en la balanza, pesaba !Y de que manera!...Ocurre que no me fué posible, así que tuve, al igual que con la religión, inventarme una propia.
    Si de España era el descubrimiento de América, un hito en la historia de la humanidad, también lo era la Inquisición, una de sus páginas más negras...¿Porqué tenía yo que cargar con una gloria o un peso en el que no tuve parte, solo por haber nacido aquí?...Si hubiera nacido alemán, también tendría que cargar con los crímenes del nazismo...O si en Rusia, con el estalinismo de los gulags. Era injusto...Fué a raiz de salir en defensa de un amigo alemán, en conflicto frente a unos españoles, cuando comprobé algo muy simple, que la amistad estaba por encima de las patrias. !Y no digamos la familia!...Pero fué de mi más feroz enemigo, de la Iglesia, de la que más aprendí...Quitando de algunos pencos de las Vascongadas, que todavía están mirándose al ombligo, su patria es universal, por encima de cualquier "patria" chica...
    Pero bueno, Aspirante, te voy a hacer una concesión...Si estuviera a favor de las patrias y tuviera que elegir una, elegiría a Francia. Es la que está más cerca de mi aspiración. Eso si, sin su chauvinismo, su enfermedad, que lo dejaría aparte. Las patrias son para los laicos, lo mismo que la religiones para los creyentes: Un refugio. Aunque muchas veces, ambas, van cogidas de la mano.

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  13. Es que tampoco es necesario estar felicitándose todos los días por lo bueno y flagelándose por lo malo, sino que hay que aprender de los errores y corregirlos, que muchos de los errores son universales, como la inquisición.
    Las religiones dicen ser universales porque su verdadera aspiración es imponer sus códigos a toda la humanidad sin excepción, guerrean entre sí más que las naciones y las ideologías, aunque usen métodos de proselitismo más parecidos a los partidos políticos.
    Está claro que las relaciones humanas pesan muchas veces más que el origen de cada cual, que amí tampoco me gusta eso de con razón o sin ella. Hace poco he tenido oportunidad de hablar con inmigrantes de diversas procedencias, Rumanía, Ecuador, etc. y le garantizo que les duele España mucho más que a los españoles, y sin olvidar sus lugares de origen, están muy orgullosos de estar aquí trabajando y extremadamente preocupados por nuestro futuro.
    Si les oyera hablar del 11-M...!
    Desde luego la panadera le marcó a Ud. para los restos, y ahora se explica uno lo de Mme. Guillotine!
    Un abrazo.

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  14. Si, Aspirante...con estas cosas al final nos pasa como aquello de la Codorniz... El de aquel que se encuentra a uno por la calle...
    -!Hombre, D. Froilan!...!Que cambiado está usred!...
    -!Claro!...!Es que yo no soy D. Froilan!...
    -!Pues más a mi favor!...
    Feliz domingo.

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