martes, 2 de marzo de 2010

Erase que se era 12.

El tiempo transcurría raudo en el viejo reino,



sin que el desgobierno adoptase las medidas oportunas para atajar la crisis económica que amenazaba con llevar a la miseria al pueblo llano. Lejos de impedir el derroche de los fondos públicos, los dirigentes de las autonosuyas y los ministros del desgobierno central continuaron dilapidando los fondos públicos con las más variadas excusas: mapas clitóricos,


surrealistas  “embajadas”, ayudas a la construcción del "metro" en remotos lugares… La imaginación de los políticos para el derroche no tenía límites…


La crisis política se ocultaba tras  la económica, y el fallo de la sentencia del tribunal constitucional acerca del estatuto de la región nordeste no llegaba, pese al tiempo transcurrido, al tiempo que un grupo de aguerridos periodistas y ciudadanos destapaba un escándalo sin precedentes: la falsificación de pruebas en el atentado que provocó el vuelco electoral que aupó al poder al desgobernante que ocupaba la presidencia del gobierno.


Y es que el proceso se basó en que en los trenes había explotado un determinado tipo de explosivo, pese a los indicios que aparecieron en los primeros instantes todos los datos apuntaban a que el explosivo era otro. Durante el juicio, en el que fueron exculpados la inmensa mayoría de los sospechosos y se culpó a varias personas fallecidas en misteriosas circunstancias días después de los atentados,


dieron como probada la presencia de un tipo de explosivos en los focos de la explosión, basándose en los datos aportados por un grupo de peritos, a pesar que estos datos no eran concluyentes. La realización de las pruebas periciales había sido grabada en vídeo por orden del juez, pero estas grabaciones no fueron vistas ni por las defensas de los acusados ni por los abogados acusadores de las víctimas de los atentados, pero sí lo habían sido por el juez y la fiscalía
 
Olga Vale Ya!


( ... y vale ya!que se regodearon en la mentira) pese a que se había solicitado su visionado. Años después de la vista del juicio, la superioridad del tribunal juzgador, ante la insistencia de las asociaciones de víctimas, ordenó al juez
 
Gómez Goma 2 Eco

que entregara dichas grabaciones, a lo que accedió a regañadientes y con gran dilacción temporal. Con el visionado de las grabaciones estalló el gran escándalo: en las pruebas periciales quedaba demostrado que el explosivo analizado, procedente de las explosiones, no era el que se aceptaba en el juicio, y prueba a partir de la cual se relacionaba a los detenidos con el atentado, y se les consideraba autores del mismo.
Y qué ocurrió en el viejo reino?: Absolutamente NADA.
Excepto las víctimas del atentado (no todas, que algunas, debido a su  ideología marxista, preferían vendarse los ojos y seguir culpando al anterior gobierno), un grupo de periodistas y un puñado de CIUDADANOS (vejados con el descalificativo "conspiranoicos"), absolutamente NADIE movió una ceja ni quiso saber del asunto:
El jefe del estado no se supo por dónde andaba, quizá haciendo gestiones para evitar que las responsabilidades  que la mala gestión del desgobierno, y que había producido una crisis económica sin par, salpicasen a su amigo, el jefe del desgobierno, o quizá cazando osos borrachos en lejanas tierras.
El jefe del desgobierno, porque era el principal beneficiado de los atentados.
Jueces y fiscales, porque bien sabían de quién dependían su carrera y sus ascensos.

 De cándido, nada de nada
La prensa en general, porque o bien eran partidarios del desgobierno o bien dependían de la publicidad estatal  y de las autorizaciones administrativas para seguir con su actividad.
Los partidos de izquierda porque siempre habían sido partidarios de culpar al anterior gobierno.
Los partidos nacionalistas, porque las víctimas les importaban una higa y habían resultado muy beneficiados con el cambio del partido en el poder, en el supuesto caso de que no hubieran intervenido directamente en el golpe de estado.
La población en general porque estaba más preocupada por su futuro (quien más, quien menos temía por su futuro o ya lo estaba pasando muuuuuuy maaaaaal), y sólo se informaba por unas televisiones adictas al poder, aparte de que eso de ser crítico es muy trabajoso y te jode la fiesta, la siesta y el partido del domingo.
Y el principal partido de la oposición? 
No se sabe, no se contesta. Quizá el temor a descubrir la verdad: que bien pudiera ser que servicios secretos extranjeros, con la ayuda de elementos de los servicios de seguridad fieles al partido del desgobierno, con el auxilio de los terroristas de la región del norte, usando como mano de obra barata a inmigrantes magrebíes (supuestos extremistas islámicos) le hubieran dado un golpe de estado en toda regla:
Acto 1º- Furgoneta con explosivos, responsabilidad de los terroristas autóctonos con planos de la zona concreta donde se produjeron los atentados, capturada cerca del objetivo.
Acto 2º- El atentado.
Acto 3º- Declaraciones de los políticos culpando a los terroristas del norte.
Acto 4º- Operación de desinformación a los responsables gubernamentales, y filtración de información al partido opositor.
Acto 5º- Operación de desinformación a la ciudadanía: terroristas suicidas nunca aparecidos, etc., etc., operación para culpabilizar al legítimo gobierno por haber supuestamente ofendido a los islamistas....
Acto 6º- Detención masiva de inocentes ciudadanos de diversas procedencias que afianzasen la teoría de la autoría islámica, justo el día anterior de las elecciones.
Acto 7º- Llamamiento golpista a cercar las sedes del partido gobernante y agredir a sus líderes y militantes, durante la jornada de reflexión.
Acto 8º- Elecciones, que nunca debieron celebrarse en tal estado de shock.
Acto 9º- Victoria por la mínima por el partido del desgobierno, que queda a merced de los partidos nacionalistas, que multiplican sus reivindicaciones.
Acto 10º- Concesión de ascensos a los miembros de los cuerpos de seguridad intervinientes (por acción o por omisión) 

 Dez-CALLAR

Acto 11º- Plan I de los del norte, hábilmente rechazado, y estatuto de la región nordeste, que viene a ser peor, pero sin grandes alharacas para que el pueblo llano lo asuma sin problemas.
El cambio de régimen se había hecho sin consultar al pueblo, quitándole la soberanía, con el beneplácito del monarca y de los politicastros.
O bien porque había asumido el cambio de régimen por falta de convicciones de su líder, por pura vaguería, por no generar crispación (criticar al desgobierno era denominado "crispar"), por las presiones del monarca....
Motivos había muchos, incomprensibles e injustificados, y sin justificar.
Lo que en cualquier país civilizado hubiera dado lugar a comisiones de investigación, a revisión de las pruebas, a manifestaciones exigiendo responsabilidades, a intervenciones del jefe del estado, a investigar las actuaciones de policías, fiscales y jueces, y a una movilización social sin precedentes, en el viejo reino se redujo a unas portadas de pocos periódicos y unos editoriales en pocas cadenas de radio. Para las televisiones nunca ocurrió NADA.
Pero esas mismas televisiones se prodigaban ofreciendo fútbol y programas del corazón, alimentando el espíritu crítico del pueblo llano y trabajador, que cada día se levantaba preguntándose si al acabar la jornada iba a estar en el paro o alguno de sus familiares sufriría el embargo de su vivienda, pagaba sus impuestos, aunque algunos vivales aplicaban todo su ingenio a burlar a la hacienda pública, y callaba mansamente, pensando que vivía en una democracia por el simple hecho de que le permitieran votar cada cuatro años, pese a resultar evidente que se vivía en una dictadura partitocrática.
Y mientras todas estas desgracias acontecían, el juez estrella seguía sin averiguar nada de lo referente al chivatazo dado desde las más altas instancias del desgobierno a la banda terrorista del norte, sin duda buscando el amparo de los poderosos, pues el juez estaba siendo perseguido por la justicia debido a su desvergüenza y parcialidad, dado que su afán de protagonismo no tenía límites y se creía un dios infalible. 
Ya es de todos sabido que las desgracias nunca vienen solas, así que decidió intervenir el monarca, pero no para procurar el beneficio de su pueblo, sino el del jefe del desgobierno, diluyendo las responsabilidades de la crisis económica entre todos, haciendo un llamamiento para aunar voluntades alrededor de un pacto de estado en apoyo del Gran Felón y sus secuaces.
No pidió la dimisión del Gran Mentiroso, no pidió el adelanto electoral para que el pueblo fuera escuchado, no pidió al desgobierno que cesara en sus prácticas derrochonas y corruptas, no criticó el excesivo gasto provocado por las 17 administraciones autonosúyicas y las innumerables corporaciones locales, con sus cohortes de asesores, funcionarios y coches oficiales, no criticó la excesiva regulación de la economía, la multiplicación de legislaciones contradictorias relativas al comercio y la industria, no criticó la disparatada política energética, no condenó la prohibición del uso de la lengua común del reino en muchas de sus regiones, no criticó los privilegios fiscales de algunas de las regiones... Simplemente pidió que, todos a una, acudieran sus súbditos a responsabilizarse de las culpas de los desmanes cometidos por el Gran Traidor, exculpándole de todos sus pecados.
El monarca, sin duda, perdió una oportunidad de oro para permanecer en silencio. Puestos a hablar, podía haber dicho algo sensato y ahondar en las raíces de los males de la nación, reivindicando un giro de 180 grados en las políticas territoriales, sociales y económicas y hacer un llamamiento para cambiar la constitución (la madre de todos los males) y de la aciaga ley electoral (el padre de todas las desgracias).
Sin duda, el viejo reino no merecía un monarca como ése. 
El futuro del viejo reino es un misterio aún sin desvelar, pero las previsiones no son halagüeñas, pues a las miserias del desgobierno y del monarca se suman las del partido de la oposición (tras el 11-m, el resto de partidos forman parte del desgobierno), que no cumple con su función crítica y ejemplarizante, sino que se suma entusiasta a la disgregación de la nación y sólo aspira a heredar el poder, no a conquistarlo y a reformar los disparates jurídicos engendrados por el Visionario.
Ha formado el ministerio de la oposición y se conforma con cobrar de los presupuestos, procurando no molestar y que sus enemigos mediáticos no le tilden de ultra y facha.
  


Un asco.

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