sábado, 6 de marzo de 2010

Prevarigarzón

Comenzó su carrera en la Audiencia Nacional hace ya muchos años, interviniendo siempre en casos muy llamativos, con gran despliegue de medios y notable difusión en los medios.
Todos recordamos sus primeras intervenciones en asuntos de narcotráfico, con asaltos a buques en alta mar con lanchas patrulleras, helicópteros, Geos y toda una parafernalia digna de una súper producción de Hollywood.
La "fariña", diría Laureano. Cocaína para el resto.
 En esa operaciones se detenían a docenas de personas, que iban siendo puestas en libertad por diferentes motivos: falta de pruebas, excesivo tiempo en prisión provisional...
Cuando llegaba la vista oral, de los 3.000 detenidos en cada una de esas operaciones, apenas se sentaban unos pocos en el banquillo de los acusados, pues el resto habían sido exculpados de los cargos que se les imputaban.
Cuando llegaba la sentencia, se condenaba a muy poquitos: los 4 pringaos de siempre con abogado de oficio, mientras los capos conocidos por todos salían absueltos con todas las bendiciones de la ley (no sé si de la Justicia).
 
Laureano Oubiña, famoso capo gallego
Pero se daba la circunstancia que desde que se había producido la operación judicial, con gran repercusión en la prensa, hasta que salía el juicio era tal el tiempo transcurrido que ya nadie recordaba lo ocurrido.
Así el juez Prevarigarzón adquirió su fama, iniciando grandes sumarios que al final se quedaban en agua de borrajas debido a la pésima instrucción de la causa, que nunca acumulaba las pruebas necesarias para conseguir la condena de notabilísimos delincuentes.
Poco a poco, siguiendo un sinuoso camino, se acercó a la política y se convirtió en el fiel escudero de Felipe González en unas elecciones. Los motivos de FG eran obvios: acosado por los escándalos de corrupción y de crimenes de estado, decidió lavar su imagen llevando consigo en las listas electorales por un juez estrella adorado por la prensa, que en aquellas épocas magnificaba sus hechos y entonaba loas cual si de un héroe mitológico se tratara.


  Garzón-Felipe
Prevarigarzón accedió al escaño creyendo que inmediatamente sería nombrado Ministro Plenipotenciario y Omnipotente, mas no vio colmadas sus espectativas y su infinito afán de poder y protagonismo (que no se sabe lo que le gusta más: mandar o aparecer en la prensa), ocupando un cargo de escasa relevancia.
Pero el oscuro juez tuvo paciencia y planeó su venganza. Acumuló conocimientos a cerca del caso GAL, que comprometía gravemente a políticos de alto rango y cansado de no tener el protagonismo que su ego requería abandonó su escaño y volvió a su juzgado.
Una vez instalado en su antiguo despacho, Prevarigarzón comenzó a investigar a los GAL, con el afán de castigar a todos aquellos que le habían hecho sombra durante el tiempo que estuvo en política, descubriéndose una trama de corrupción sin precedentes: se comenzó malversando los fondos públicos para asesinar supuestos  etarras (la trama era tan inepta que secuestraron y asesinaron a varios que pasaban por allí sin tener que ver nada con ETA) y se terminó por usar la lucha contra la banda para apropiarse de los fondos destinados a combatir a los terroristas. Típico del PSOE.
Los casos que movía el juez estrella cada vez tenían más trasfondo político y se manejaban según sus intereses: iniciaba casos con gran repercusión mediática, dejándolos olvidados en un cajón, sin practicar diligencia alguna hasta que su afán de notoriedad o la oportunidad política hacían necesario resucitar esos casos.
La tónica era siempre la misma, es decir, que llegado el juicio los acusados rara vez eran declarados culpables.
Habiendo conseguido fama internacional entre los medios de izquierda, pronto empezó a viajar por el mundo dando bien pagadas conferencias y dejando desatendidos los asuntos de su juzgado, de forma que varios peligrosos delincuentes abandonaron la prisión provisional por no haber firmado la prórroga de la misma a su debido tiempo, lo que en cualquier otro caso hubiera tenido graves repercusiones, pero a Prevarigarzón se le perdonaba todo.
Llegó ZP al poder y comenzó a negociar con ETA. Prevarigarzón instruía la ilegalización del brazo político de ETA a buen ritmo. Su íntimo amigo Gómez Benítez era privilegiado enviado del desgobierno para hablar con la banda y la hizo saber que el desgobierno vería con agrado que su partido fuese legal y se pudiera presentar a las elecciones. Prevarigarzón, siempre deseoso de agradar a los poderosos, metió el caso en un cajón y lo cerró con siete llaves, a la espera de tiempos mejores y de ver cómo convenía actuar según soplasen los aires políticos.
El desgobierno dió el chivatazo a ETA de la operación judicial contra el bar Faisán, lugar donde se reunían cabecillas etarras (propiedad de uno de ellos) para cobrar las extorsiones de la banda y desde donde se transportaba el dinero a los huídos a Francia. El juez Grande Marlaska montó en cólera y decidió investigar quién había colaborado con ETA y desbaratado su operación, que se llevaba fraguando con grandes dificultades durante mucho tiempo y con gran riesgo para los investigadores.
Prevarigarzón andaba a la sazón haciendo las Américas, impartiendo unas conferencias en una
universidad neoyorquina, soberbiamente remunerado por dicha institución a la par que cobraba su sueldo de juez en activo, pues había justificado su traslado como viaje de estudios, que es originario de Jaén, pero la pela es la pela, aquí y en la Audiencia.
El juez Grande Marlaska era el sustituto de Prevarigarzón en el juzgado, por lo que tuvo que abandonarlo al regreso de éste de Nueva York, regreso precipitado por el caso Faisán, ya que los autores de la infamia necesitaban un juez amigo que encubriera sus tropelías, así que el caso pasó a reposar en un cajón, con la activa colaboración del fiscal que pedía el cierre de las actuaciones.
Prevarigarzón necesitaba un caso de renombre que mantuviese su fotografía en las portadas, así que, amparándose en la mal llamada ley de memoria histórica (de revancha) decidió juzgar a Franco, a Mola y a otros cuantos ilustres cadáveres, fallecidos décadas atrás. Decidió pedir el certificado de defunción de tan notorios muertos. Debía ser el único español (exceptuando los lactantes) que ignoraba que Franco, Mola y otros llevaban años y años enterrados. Cuánto dinerito contante y sonante costó todo esto? Por que el caso es que la ley española impide juzgar a los muertos (no voy a entrar en el tema de la ley de amnistía), así que una vez hubo constatado fehacientemente que todos aquellos a los que pretendía juzgar residían en diferentes sepulturas no tuvo más remedio que cerrar el caso.
Pero necesitaba más protagonismo, así que abrió el caso Gurtel, para investigar una supuesta trama de corrupción del PP. No entro a valorar si hay o no corrupción en el PP (sospecho que sí), pero, sinceramente, no me parece muy procedente que sea un notorio ex diputado socialista quien practique las diligencias. Por pura apariencia de imparcialidad debiera haberse abstenido y pasar el caso a otro colega sin esos antecedentes. Ya que estaba metido en juerga, viendo que sus investigaciones no daban los frutos apetecidos ordenó grabar las conversaciones de los imputados con sus abogados, algo que la ley sólo permite para casos de terrorismo donde se sospecha que el abogado pudiera intervenir como mensajero o enlace entre el reo y la banda, facilitándole instrucciones, etc.
Por saltarse la ley de amnistía a la torera   en el caso de Franco, fue denunciado por prevaricación por algunas asociaciones cívicas.
Por haber sometido a escuchas claramente ilegales a abogados mientras departían con sus clientes y acceder a sus estrategias de defensa, fue denunciado por los afectados. Por si esto no fuera suficiente, mientras investigaba se había ido de cacería con el ministro de justicia y el policía que llevaba las investigaciones. Para qué disimular.
Garzón-Bermejo
Por cobrar su sueldo de juez mientras cobraba de la universidad neoyorquina fue investigado por el CGPJ y se libró de la pertinente sanción por el corporativismo del gremio, pero el diario El Mundo desveló hizo una sorprendente revelación: el dinero que le había abonado la universidad procedía de una donación del Banco de Santander a dicha institución con el fin de que se pudiera impartir ese ciclo de conferencias. A su vuelta al juzgado, Prevarigarzón dio carpetazo a un caso  que ponía en aprietos al presidente de ese banco. Casualidad? 
Durante la investigación por parte del CGPJ del cobro de las conferencias Prevarigarzón negó saber de dónde procedían los fondos, pero nuevas pruebas documentales aportadas por el periódico demostraban claramente que el magistrado se había dirigido personalmente al presidente del banco, por carta "querido Emilio...) para pedirle que sufragara la organización de las conferencias y él pudiera cobrar sus emolumentos.
Nuevamente fue denunciado, y los tres casos admitidos a trámite por el tribunal supremo.
Sin duda un caso paradigmático de contumacia en la desvergüenza y la desfachatez, del uso a conveniencia del derecho y del abuso sistemático de las prebendas de su cargo y de su poder.
Acorralado en los tribunales, con unas pruebas que no dejan lugar a dudas que este hombre ha tomado las decisiones que más convenían a sus intereses particulares y políticos, a día de hoy pide no ser suspendido en sus funciones hasta que no se le juzgue y achaca el verse en su estado a los ataques de sus enemigos en CGPJ, a la prensa y a grupos de supuesta extrema derecha que desean verle en la picota. En sus recursos ante el supremo no se observa ningún argumento jurídico: todo son diatribas a cerca del mal que quieren causarle los muchos enemigos que se ha creado en largos años de ardua defensa de las libertades y los derechos humanos. D. Quijote usaba parecidos argumentos para justificar sus desgracias.
El rojerío nacional ya se ha movilizado en defensa del magistrado y ha organizado la típica plataforma en su apoyo, incluyendo la recogida de fondos, que estos solidarios sólo lo son moralmente, pero si hay que soltar un euro cierran el puño y se ponen a cantar la internacional haciéndose los distraídos.
Qué nos deparará este sainete?
No lo sé, pero no creo que se atrevan a condenarle.
Intereses corporativos de un lado, intereses políticos de otro pesan demasiado (aparte de la información que pudiera poseer y que le sirviera para chantajear a políticos y jueces.), así que pienso (me gustaria equivocarme) que burlará una vez más la justicia y las leyes y seguirá cometiendo todo tipo de tropelías desde su despacho.

3 comentarios:

  1. SOBERBIO INFORME. Felicitaciones. Lo has resumido de forma magistral, de forma que lo que pudiera parecer un lío a mucha gente, con este post resulta de una claridad total.

    Quien lea este informe tuyo ya sabe a qué atenerse. O es un sectario o es un ciudadano normal, en cuyo caso debe de ansiar que procesen, apliquen la ley, enchironen al juez, y deje de una puñetera vez de USAR PUÑETAS. Por siempre.

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  2. Estás "sembrao". Un acojonante curriculum vitae digno de los tiempos de la Ley Seca y Al Capone. Ahora sólo falta que salte a la palestra un Eliot Ness con toga made in Spain para trincar a Prevarigarzón y darle por saco, facturando de por vida al susodicho a un reducto lo más parecido a la isla de Alcatraz.

    Lo que no me queda del todo claro es, si en España existe algún Eliot Ness togado que no haya probado las mieles de la corrupción.That is the question

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  3. Se exceden Uds. en sus halagos. Permítanme queles responda de forma conjunta.
    Disculparme porque mi narración no siga un orden cronológico exacto, pero redactode memoria y a vuela pluma y las fechas exactas de los acontecimientos se me escapan (además este tío está un día sí otro también en los titulares).
    Eliot Ness, ni está ni se le espera. Aquí se colocan los torrentes, prevarigarzones y bacigalupos que sepan mancharse las togas con el polvo del camino.
    Cierto juez que apuntaba maneras y que antes de ser chantajeado por su homosexualidad decidió dar un salto y hacerlo público en la prensa, procuran tenerlo escondido en oscuras covachas y destinos desde no pueda hacer daño.
    Pero quién sabe si en estos momentos no hay algún opositor a laa carrera judicial que algún día pudiera bordar ese papel.

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