Proyecto Braimstorm 3. La conquista del espacio.

El anciano Barón  Von Aspirantoffen,

presintiendo que la Parca le rondaba y que ya debía ir preparando la moneda para Caronte, reflexionaba un día sobre el sentido de la vida y su aportación a la humanidad en el transcurso de su longeva historia.
Estas profundas reflexiones siempre las realizaba en el cuarto de baño, la estancia de su mansión que más frecuentaba (imagen 13).
Llegó a la triste conclusión de que nunca había hecho nada relevante y que su nombre sería prontamente olvidado, por lo que decidió emprender un grandioso proyecto que escribiera su nombre con mayúsculas en los libros de Historia como gran benefactor de la Humanidad.
Así decidió que financiaría la construcción de una nave que pudiera viajar a los confines del Universo en busca de vida inteligente.
Para ello decidió convocar en su mansión

a los cerebros más privilegiados que diera la especie humana.
-Señores, han sido llamados para llevar a cabo la más grande hazaña que hayan visto los hombres a lo largo de su Historia.
Lo que se espera de Uds. es que diseñen y fabriquen una nave con las tecnologías más avanzadas (imagen 8) que sea capaz de viajar en tiempo récord a los confines del Universo y busque vida en otros planetas. 
Quiero ser recordado por este logro, para lo que pongo a su disposición mi inmensa fortuna, (imagen 14) que a falta de herederos directos, iría a enriquecer a los cabronazos de mis sobrinos, y a esos ni agua, leches!
Manos a la obra!


Con increíble entusiasmo, los más reputados astrofísicos pusieron sus cerebros a trabajar:
-Usaremos los más potentes ordenadores!
-Viajaremos más rápido que la luz aprovechando los agujeros negros, los agujeros de gusano, los universos n dimensionales!

-Entraremos en la mente de Dios!
-Pero no os he dicho que Dios no existe! La teoría evolutiva así lo demuestra! -bramó el Profesor Dawkins. (Imagen 9)

n

-La teoría M demuestra que la presencia de Dios es innecesaria. Las leyes de la Física dan como consecuencia lógica la existencia del Universo!-exclamó el Profesor Hawking.
-Todo depende de la frecuencia de vibración de las branas -apuntó el Profesor Greene.
Y dio comienzo la gran aventura.

La llegada de la crisis económica, hizo que los ilustres científicos tuvieran que sortear  todas las dificultades con gran ingenio...

-Y este es el ordenador que has traído?

-Joder, el que tenían de oferta en el carrefour!, que con el presupuesto que tengo, no da para más...!

-Coño! Empuja más fuerte, que no arranca!
-Y qué esperas de un motor nuclear de 50 euros!

-Joder, pues el del desguace decía que iba de maravilla! Cuando le coja al gitano ese lo mato!
-Pues habrá que ponerle un turbo, que así no hay forma de coger velocidad de escape de la órbita...!


-Dinero pal gps no hay!
-Pues que se oriente a ojo! Vete a comprar una brújula al coronel tapioca y que se apañe! Y que te den la más baratita!

Y de esta forma construyeron la nave más sofisticada jamás vista, donde el astronauta llevaba todo lo necesario para su supervivencia. (Imagen 4)

 -Muy bien, ha llegado la hora de escoger al piloto que habrá de guiar nuestra nave hasta el infinito o más allá! Algún candidato idóneo, Sr. Barón?
-Pues quién va a ser! El Cipriano, mi mayordomo, que vino aquí cuando lo de la División Azul (Imagen 15) y lleva conmigo toda la vida haciendo el oso! Ya es hora de que se gane el sueldo que no le pago desde hace 70 años!

El destino elegido fue el planeta Estepaís, pues por amplio consenso se pensó que tenía las caracteríscas ideales para albergar vida inteligente.
Y llegó el día del lanzamiento.
-Tú dale fuerte a los pedales, Cipri, mientras nosotros empujamos!

Tras su extraordinario viaje espacial (Cagonlapús! ya me vuelto a quedar sin frenos y ahí está el puto agujero gusano! La hostia que me voy a dar y este cacharro sin airbag! Tacaño es el puto Barón!), el intrépido Cipriano descendió sobre la superficie del planeta Estepaís, donde fue recibido con entusiasmo por la pobación local.

Allí fue recibido por el líder planetario, José Luis I el Bienamado.

La biografía de este Líder Planetario e Intergaláctico es reseñable.

Nacido en un ignoto lugar fue abandonado en una papelera por sus progenitores (imagen 2) y recogido por una bondadosa pareja que le dio cobijo en su casa situada en el continente León.

Si por algo destacaba José Luis durante su infancia era por su idiocia, lo que preocupó a sus afligidos benefactores.

-Este chico no sirve para nada. Qué será de él cuando faltemos?

-Se tendrá que hacer catedrático de derecho constitucional, a ver qué remedio!

Pero un buen día José Luis encontró una interesante oferta de empleo en un periódico:

"Partido Sociolisto (anti)Obrero de Estepaís busca candidatos a diputados por el Continente de León. Silentes y obedientes, deseosos de agradar al jefe. Se requiere ser ignorante, soberbio y rencoroso. Excelente remuneración. Posibilidades de ascenso."

Y así consiguió la plaza que le aupó a la presidencia planetaria.

Desde este puesto se rodeó de sus más íntimos colaboradores, como una tal Bibiana, experta en realización de mapas clitóricos, lo que procuraba realizar a toda fémina que se pusiera a tiro, lo que dio lugar a situaciones entre cómicas y embarazosas (imagen 16).

Como hombre de grandes virtudes espirituales era de su agrado que las mujeres vistiesen con recato,

incluso en situaciones que harían recomendable un saludable y relativo desnudo (imagen 6).

Sin que se sepan muy bien las causas, su aspecto cambiaba al ver un crucifijo 

o cualquier otro objeto relacionado con la religión tradicional del planeta Estepaís.

Otra característica del personaje es que no hablaba el estepaisoleño común, sino un raro dialecto: el politiqués, y a las guerras llamaba misiones de paz, y a los parados los llamaba trabajadores por el planeta... por lo que a nuestro buen Cipriano le resultaba imposible comunicarse con él.

Así pues, habiendo culminado con éxito la búsqueda de vida extraterrestre (que fuese inteligente es más dudoso) decidió que había llegado la hora de regresar a la Tierra y dar cuenta de sus aventuras al Barón Von Aspirantoffen, aunque hay que precisar que lo que aceleró la partida de Cipriano fue conocer a la familia y los amigos de José Luis I.