Respeto, tolerancia o gilipollez.

Mantengo la teoría de que el respeto, la cortesía y la tolerancia son valores que deben prevalecer en las relaciones humanas, tanto interpersonales, como entre grupos políticos o entre estados.

Tengo para mí que pedir las cosas por favor, dar las gracias, usar un tono de voz mesurado, sonreír, saber disculpar los pequeños errores ajenos, aceptar que el adversario usa argumentos razonables e incluso puede tener una parte de razón, no encastillarnos en nuestra posición por pura soberbia, mantener una actitud abierta y dialogante, etc., deben facilitarnos las relaciones con los demás, quienes mantendrán con nosotros una actitud similar.
Mi teoría se ve desmentida en más ocasiones de las que me gustaría, y con frecuencia me topo con sujetos que responden con gesto desabrido cualquier muestra de cortesía.

Suelen ser gentes torpes y groseras, de las que hay que evitar el trato.
Esto es así a nivel individual: podemos evitar a esos individuos y lo hacemos constantemente.
Pero a otras escalas evitar el contacto no es posible.
Hablo de grupos políticos, religiosos, estados....
A esa escala no es posible olvidar que "los otros" están ahí, y que mantienen una actitud intolerable.
Todo tipo de instituciones, gobiernos, iglesias, líderes de opinión, etc., hacen contínuos llamamientos a la paz, la tolerancia y el respeto por aquellos que piensan distinto que nosotros.
Y esto es una práctica habitual en los países occidentales, no así en otras partes del mundo, muy especialmente en los países islámicos, donde no es posible manifestar otra fe que no sea la islámica, y si cualquiera hace gala de otra creencia será condenado al ostracismo, maltratado por el estado, e incluso castigado con severas penas.
Mientras tanto, los fieles mahometanos exigen en los países occidentales un trato exquisito, plena libertad, adecuación de las leyes a sus costumbres, subvenciones para la construcción de mezquitas... y todo tipo de ayudas.
Ayudas que muchos gobiernos se apresuran a conceder en cantidades que niegan a otros conciudadanos de otras creencias, por cierto.
Hoy es 11-S y se cumplen 9 años del mayor atentado terrorista de la historia.
Con motivo de este aniversario un tal Terry Jones ha adquirido renombre universal por hacer un llamamiento a celebrar en este día una quema pública y masiva de ejemplares del Corán.

Las amenazas de los islamistas eran de esperar, pero las críticas le han llovido de todas partes, desde el Vaticano al presidente Obama, pasando por toda la clase europea y estadounidense, los militares destinados en Afganistán e Irak, que se temen una ola de atentados, etc. etc.
Todos los que le critican alegan que hay que ser respetuosos con los sentimientos de los musulmanes y no ofenderles de palabra u obra para no exacerbar sus sentimientos, lo que pudiera provocar una ola de violencia sin precedentes.
Tras su minuto de gloria, el pastor Jones ha anulado su convocatoria.
Mientras esto acontece, los musulmanes pretenden construir una gigantesca mezquita en la "Zona 0" de Nueva York, dirigida por un tal Feisal Abdul Rauf.

Ante la oposición popular, y sobre todo de las víctimas de tan cruentos atentados, el mismísimo Obama ha salido en defensa de los musulmanes, alegando que tienen derecho a construir su templo donde más les convenga.
Mientras esto acontece, hemos podido ver imanes de países musulmanes en los que se quemaban banderas estadounidenses e israelíes como protesta ante el llamamiento del pastor Jones, sin que al parecer a nadie le importasen los sentimientos de los ciudadanos de ambos países, que veían sus símbolos patrios vejados y humillados, y sin que nadie, que yo sepa, hiciera llamamientos a la calma, la concordia, la tolerancia y el respeto que deben los islámicos hacia los ciudadanos occidentales.

Mientras esto acontece, recibimos noticias de que a los heridos y desposeídos por las inundaciones en Pakistán que no profesan la fe de Mahoma se les niega cualquier clase de ayuda, incluida la asistencia médica, mientras realizan peticiones de ayuda a los países europeos y a los USA de ingentes cantidades de capital para reconstruir lo devastado, no haciendo ascos al dinero procedente de católicos, protestantes, budistas, judíos, ateos e infieles en general.
Cuando los talibanes afganos destruyeron los Budas de Bamiyán, tampoco se tuvo en cuenta la sensibilidad de los creyentes budistas....

Podríamos extender la lista de agravios de los ciudadanos musulmanes hacia los no creyentes en su fe hasta el infinito, mas no pretendo agotar su paciencia.
La lista de los hechos que ciudadanos de otras creencias que son considerados ofensivos por los musulmanes, es muy limitada, pero sus repercusiones son infinitamente mayores, generando encendidos debates, y provocando que los gobiernos occidentales pidan públicas disculpas. 
Los varapalos que sufren los autores de viñetas, autores críticos con el Islam, políticos, religiosos, et., etc., que osan denunciar estas actitudes, son mayúsculos.
Y ante estos hechos yo me formulo una pregunta:
Somos tolerantes, respetuosos, o simple, lisa y llanamente GILIPOLLAS?