Los nacionalistas de todas las regiones no tenían más remedio que contener sus aspiraciones, pero no por ello dejaban de hacer discursos amenazantes e incendiarios. Nada les dolía más que ver en el gobierno de la nación que a un hombre amante de la Patria, de sólidos principios y que merced al buen gobierno amenazaba con volver a ganar las elecciones, aunque había prometido no presentar su candidatura para una tercera legislatura.
El 11/9/2001 un atentado contra las Torres Gemelas de Nueva York conmovió al mundo. Terroristas islámicos estrellaron dos aviones contra las torres, provocando su hundimiento, a causa del cual hubo más de 3000 muertos.
La banda terrorista Al Qaeda tenía sus bases en Afganistán, un país gobernado por extremistas islámicos y una gran coalición internacional, a la que se sumó el viejo reino, invadió el país, derrocó al gobierno y destruyó las bases de entrenamiento de los terroristas.
En segundo lugar se aprovechó la formación de una coalición militar de potencias extranjeras
para invadir Irak, a pesar de que el viejo reino no iba a intervenir directamente en las operaciones militares (el apoyo era exclusivamente político).
Los enemigos del gobernante se movilizaron en pleno nuevamente ayudados por una prensa que mentía más que informaba. Pero ni aún así lograban que las encuestas de voto les fueran favorables.
Algo había que hacer para desalojar al partido gobernante del poder.
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