martes, 5 de enero de 2010

Erase que se era. 2

Mas, en dos regiones del reino surgieron movimientos reaccionarios (basados ambos en el racismo más visceral)


contra los aires de libertad y modernidad que corrían a lo largo y ancho del mundo.
Dichas regiones, favorecidas por su situación geográfica (sus puertos facilitaban el comercio) y las grandes prebendas otorgadas desde antaño por los monarcas del viejo reino (más atentos a bailes y festejos que al buen gobierno de sus tierras), vieron crecer sus industrias. Ante la falta de mano de obra local, no dudaron en importarla de otras regiones más pobres, pero que en realidad fueron las que aportaron el capital económico y humano para el enriquecimiento de aquellas gentes.
Viéndose rodeados por gentes que compartían otros usos y costumbres, otros bailes y otras aficiones, sintieronse amenazados y en trance de desaparición.
Surgió el nacionalismo en ambas regiones. Un nacionalismo basado en el racismo biológico en el caso de la región del Norte, y en el racismo etnico en el caso de la región Nordeste.
Hicieron bandera de sus supuestas lenguas propias






 ¿solo habladas por el campesinado más ignorante en caseríos y masías?, de sus paisajes y su folclore. Se abrazaron a la religión, y los religiosos a ellos, y las costumbres foráneas se vieron como causa de inmoralidad y pecado, y el trato con los emigrantes ¡sus compatriotas! como causa de contaminaciónn  racial y moral. Humillaban a los que con su esfuerzo engrandecían sus tierras con epítetos como "beltzas" (negros, los del corazón negro), "maketos" o "charnegos". Se mofaban de la pobreza de sus tierras de origen, cuando la causa de esta indigencia radicaba en la falta de inversiones provocada por los excesivos privilegios condedidos desde antaño por monarcas insensatos.


Se acogieron a leyes feudales que contravenían el buen gobierno del reinoy la igualdad de todos los ciudadanos, y que no tendrían cabida en ningún estado moderno. Lejos de combatir estas tendencias, los monarcas trataron de aplacar a los revoltosos concediéndoles más privilegios. Y llegó el primer tercio del siglo XX.


Una supuesta democracia imperaba en el viejo reino. Tras unas elecciones municipales el rey puso pies en polvorosa temiendo por su vida y se impuso la república. Un periodo de sombrío terror.
Los dirigentes republicanos se dedicaron durante sus mandatos a la procura de la revolución comunista. Cierto partido ¡cuyo presidente advirtió en el parlamento que obedecería las leyes cuando éstas le favorecieran y las ignoraría en caso contrario!



atentó contra dicha república: con una revolución en una región minera ¡el abuelo del actual presidente del gobierno del reino sofocó personalmente dicha revolución!



y con la proclamación de la independencia en el caso de la región Nordeste. Los asesinatos políticos a  opositores a la república asolaron las calles. El jefe de la escolta del presidente fue protagonista del asesinato del líder de la oposición,



tras las amenazas recibidas en sede parlamentaria, proferidas por una destacada dirigente comunista.



La guerra civil era la consecuencia lógica. Los agredidos no se iban a dejar masacrar indefinida y mansamente. Los nacionalistas secesionistas aprovechaban las circunstancias y lograron sus estatutos de autonomía ¡más privilegios!
La Patria estaba en peligro.
Había que acudir a salvarla.

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