Hoy puede ser un gran día.

Hoy puede ser un gran día, pues verás cómo viene alguien y lo jode.

Este dicho popular es casi una ley de la naturaleza, más que un dicho ocurrente.
Empezamos bien el día, descansados, relajados, tranquilos, visitamos los blogs amigos, dejamos nuestros comentarios.... y empezamos a visitar la prensa diaria, que no es cosa de estar desinformado.
Y qué vemos en portada? 
La jeta de un caradura integral llamado José Antonio Durán y Lérida, nacionalista catalán de Huesca, y es que los nacionalistas catalanes nacen donde les da la gana: en Huesca, en Iznájar o en Bielorrusia, qué más da si se profesa la verdadera fe.

Propone este majadero de postín que se prohiba al tribunal constitucional dictar sentencias sobre estatutos de autonomía refrendados por el pueblo.
Y digo yo, en mi suprema ignorancia, acaso no es la Constitución la norma suprema a la que se han de adecuar el resto de las leyes?  Hasta el presente yo creía eso, pero puedo estar equivocado claro.
Uno siempre había pensado que eso de la democracia suponía que todos los ciudadanos, incluyendo a los legisladores, estaban sujetos al imperio de la ley, y absolutamente nadie puede violarlas.
Luego existe una jerarquía en las leyes, la más importante de las cuales es la constitución, y el resto ha de adaptarse a ella.  Sin excepciones.
Habiendo promulgado el parlamento autonosúyico catalán un nuevo estatuto de autonosuya descaradamente anticonstitucional, hace casi cuatro años, impulsado por el Gran Traidor ZP,  fue recurrido ante el tribunal constitucional por diversas instancias. Hace escasos días se reunió el tribunal y no dictó sentencia por no llegar a ningún acuerdo. Lo que está claro es que la sentencia no requeriría tantos dictámenes y deliberaciones en caso de ser constitucional. Si se dilata tanto en el tiempo y se discute tanto es porque se buscan los retorcidos argumentos que nos hagan ver lo negro de un color blanco radiante y luminoso. 
Ante la posibilidad de que el tribunal declarase ilegal el estatuto de CataluÑa, este repugnante sujeto propone el fin del estado de derecho, poniendo a los legisladores del parlamento autonosúyico por encima de la ley, y sustituyendo la soberanía nacional, que reside en todos y cada uno de los españoles, por los deseos de los cuatro gatos que votaron el bodrio legislativo.
La constitución tiene sus mecanismos de reforma. Si no gusta la actual, se lleva el debate al parlamento, se modifica lo que se crea conveniente y se somete a la aprobación, o no, del pueblo español en su conjunto. Lo que no se puede hacer es modificarla por la vía de los hechos consumados, sobre la base de interpretaciones del tribunal  o de los legisladores de turno, y mucho menos derogarla de un plumazo sin consultar a los españoles.
Ese tipo de cosas sólo ocurren en dictaduras bananeras con simple apariencia de democracias, como Venezulo, Bolivia...
Si en Expaña hubiera JUSTICIA éste majadero ya, a esta hora, estaría purgando su pena en una de las prisiones de Su Católica Majestad, pues se trata sencillamente de un golpe de estado.
Pero no quiero cabrearles más, queridos amigos, así que para que se relajen y solacen les dejo con estas maravillosas vistas.
(Por cierto, ya estoy buscando asilo en algunos de estos remotos parajes)
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